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Film Estreno

Tiempo de madurar Una enseñanza de vida
Por LÃdice Varas
Jenny (Carey Mulligan) es una adolescente de 16 años, inteligente, simpática y bonita, que lee a Sartre, escucha a Juliette Greco y sueña con salir de su casa para vivir una vida bohemia. Sus padres, estrictos pero cariñosos, sólo esperan que estudie lo suficiente para ingresar a Oxford. Hasta que un día aparece David (Peter Sarsgaard), un hombre que le dobla la edad, guapo, inteligente y de mundo. Inician un romance, él le muestra lugares increíbles, le presenta amigos ingeniosos y le abre el apetito por una vida fácil y lujosa.
Esa es la historia, pero ¿es la historia de un amor imposible, un drama sobre las relaciones amorosas y sexuales entre una adolescente y un hombre mayor, una cinta sobre los costos del aprendizaje y el crecimiento? Es las tres cosas al mismo tiempo, pero sin ser estrictamente una de ellas. La ambigüedad con la que Lone Scherfig da cuenta de los hechos, las emociones y las relaciones que entablan sus personajes, es uno de los mejores logros de Una enseñanza de vida. Si se piensa con la cabeza fría, hay una dificultad moral en mostrar un romance entre una adolescente y un hombre mayor, ya que el espectador puede rápidamente tomar partido. Pero, en este caso, da la impresión que Scherfig quiere, antes de que alguien pueda pensar que es una abominación o simplemente un romance encantador, conozcamos a los personajes, entendamos un poco por qué y qué hay detrás de cada uno de ellos, sin emitir juicios a priori.
En este sentido, Scherfig hizo un casting ideal. Sarsgaard es un actor que puede interpretar al "malo" y al "bueno" sin cambiar el semblante; la vaguedad de su sonrisa y su mirada juguetona es perfecta para el tono contradictorio de la cinta, su rostro planta la duda sobre sus intenciones. Por otra parte, Mulligan, la nueva Audrey Hepburn como se ha dicho, es ingenua, carismática, pero resuelta y madura, al punto que el romance entre ambos se siente natural y hasta obvio.
Pero más allá de los personajes y los actores, hay una cuidada preocupación por los detalles, por lo qué se va a mostrar, qué decir y cómo hacerlo. Toda la primera parte del romance es idílica, una conquista que se pasea entre restoranes de lujo y conciertos de excelencia, lugares que no revisten peligro alguno. Los padres de la joven, interpretados con humor y comprensión por Alfred Molina y Cara Seymour, aportan también a esta idea de ingenuidad, al ser rápidamente conquistados por el encanto de David. Incluso durante las escenas de sus primeros encuentros sexuales, Scherfig es capaz de mantener el ambiente vago, a medias entre el pudor y el respeto.
El tono elegido, la elegancia de todos los personajes, los diálogos inteligentes y observadores, hace de Una enseñanza de vida, por lo menos en su primera mitad, una película, que busca no tanto contar una historia sino cómo mostrar pasajes de una vida –la de la periodista Lynn Barber en la que está basada la cinta- y hacer honor al título original: An Education. La 'educación' que Jenny absorbe es el sueño del burgués: una vida fácil, que con riesgos pero sin demasiados esfuerzos (la elegante criminalidad de David), permite una existencia acomodada sin preocupaciones. Sin embargo, la cinta sufre un revés al final. No tanto por el desenlace, que se intuye desde el comienzo, sino por la premura con que se arma. Scherfig que se esmeró tanto en la conquista, no da tiempo para que el desengaño cuaje. Todo se resuelve con tanta rapidez que los personajes se desfiguran.
No hay ninguna novedad en que el romance colapsaría. Pero hay un punto crucial en por qué este desenlace es capaz de arruinar todo lo que había construido. Cuando Jenny es engañada, no sólo ha sido engañada por su amante, ha sido engañada también por sus padres y por las expectativas que éstos depositaban en la educación. Si antes de conocer a David, ella estudiaba hasta quemarse las pestañas por entrar a una universidad de prestigio (a medio camino entre su propio convencimiento y la obligación de sus papás), el matrimonio se convierte rápidamente en una opción que sus padres validan sin objeción. Este otro desengaño no está tratado con la parsimonia que Scherfig describe el quiebre del romance. Por el contrario, Scherfig tras el desconcierto de Jenny, al quedarse sin pan ni pedazo, apura y de inmediato le resuelve el futuro.
Más allá de sus moralejas o "enseñanzas", Una enseñanza de vida, da lecciones sobre como las actuaciones son imprescindibles para contar una historia. Sin el encanto ambiguo de Sarsgaard, sin la sensualidad infantil de Mulligan, esta habría sido otra película.
An Education Inglaterra, 2008 |
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Dirección: Producción: Guión: Fotografía: Montaje: Música: Elenco: Duración: |
Lone Scherfig Finola Dwyer Nick Hornby John de Borman Barney Pilling Paul Englishby Carey Mulligan, Peter Sarsgaard, Olivia Williams, Alfred Molina, Cara Seymour. 95 minutos |
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