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Film Estreno

Lo que Crepúsculo dejó Hermosas criaturas
Por Lídice Varas
La historia es familiar: un adolescente cuenta los días para irse del pueblo donde nació, hasta que llega una joven, tímida y bonita, que guarda un oscuro secreto. Los dos jóvenes se enamoran y deben luchar por su amor, porque ella tiene poderes sobrenaturales y él es un simple ser humano y esas relaciones están prohibidas.
Si hubiera vampiros, esto podría ser Crepúsculo, la saga literaria (y cinematográfica) de Stephenie Meyer. Pero no, se trata de Hermosas criaturas un producto hecho a la medida de los adolescentes que quedaron huérfanos del romance entre Bella y Edward.
Ethan Wate (Alden Ehrenreich) es un joven fanático de la lectura, porque salvo el cine local, que siempre estrena tarde, en Gatlin, el pueblito de Alabama donde nació y se crió, no hay nada más que hacer. Pero el chico por lo menos tiene buen gusto, lee a Kerouac, Burroughs, Henry Miller, lo que en los primeros quince minutos de metraje augura algo de inteligencia.
Al lugar llega Lena Duchannes (Alice Englert), la joven es literalmente la mujer con la que ha estado soñando, tanto que en menos de dos encuentros ya se aman profundamente. El problema es que ella es la descendiente de la familia fundadora de Gatlin y el pueblo los acusa de ser adoradores del diablo. No son precisamente satanistas, pero sí magos de una antigua estirpe –Los Casters- que han habitado la tierra desde tiempos inmemoriales y que han sabido convivir con los mortales. Eso hasta que Lena cumpla 16 años, pues a esa edad será llamada por la luz o las sombras dependiendo de su verdadera naturaleza.
Basada en la primera novela de la tríada de La saga de las 16 lunas de las norteamericanas Kami Garcia y Margaret Stohl, la cinta es un continuo recordatorio de la exitosa serie adolescente sobre el amor entre un vampiro y una mortal, solo que en vez de chupasangres u hombres lobos, acá hay brujerías y maldiciones. Porque -diferencias más, diferencias menos- las comparaciones son inevitables: en vez de una doncella en aprietos, en Hermosas criaturas el joven será quien relate y la chica la que deberá hacer frente a sus poderes. Como en Crepúsculo, habrá padres ausentes, a tal punto que éste no aparece jamás, sólo insinuándose su presencia. El protagonista tendrá amigos, pero tampoco juegan ningún rol en la trama. Lo bueno es que en Hermosas criaturas los jóvenes no son tan remilgados. Tienen sexo, no se cuestionan sobre si está bien o mal, no se ven tan pálidos y los roles secundarios están encarnados por actores de renombre como Emma Thomson, Jeremy Irons o Viola Davis (aunque esto tampoco sirve para subirle el pelo).
Lo extraño de Hermosas Criaturas es su ambigüedad. Los primeros 15 minutos prometen una historia como las cintas ochenteras de John Hughes (El club de los cinco, 1985; La chica de rosa, 1986) que supo hacer filmes adolescentes sin necesidad de dotarlos de superpoderes para que fueran interesantes. En esos primeros 15 minutos, LaGravenese pincela la vida de pueblo chico infierno grande, con jóvenes desadaptados y esa apariencia de película B que casi casi hace que valga la pena. Pero en cuanto el tema sobrenatural se instala, no queda otra más que aguantar, porque Hermosas criaturas es conscientemente un refrito. Es cierto, se toma menos en serio que su antecesora, los protagonistas bromean entre sí y hay líneas de humor que logran esbozar una sonrisa. Pero sigue siendo una cinta que busca llenar un nicho y pensarse como si fuera una saga. Deambula perdida entre el género que le da la vida y la parodia. Invita a actores oscarizados y desperdicia actuaciones; el guión se cae a pedazos y eso que LaGravenese es el mismo que escribió Los Puentes de Madison (1995, Clint Eastwood) pero acá no hay mesura. Por el contrario, LaGravenese mete a la juguera todos los tópicos mágicos: bibliotecas que guardan secretos, antiguas maldiciones, profecías, sueños proféticos, libros y collares encantados, invocaciones a los muertos, etc. Solo faltaron las lechuzas mensajeras para completar el círculo.
La cinta entera resulta inclasificable, no sólo porque mezcla tópicos –guerra de sucesión con magia– sino porque no hace ninguna apuesta: la cámara, los encuadres o el montaje son tan planos como el romance de los protagonistas.
Quizás lo mejor de Hermosas criaturas es que LaGravenese hace un final concreto, cerrando (aunque nunca se sabe) la posibilidad de una secuela.
Beautiful Creatures EEUU, 2013 |
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Dirección: Producción: Guión: Fotografía: Montaje: Música: Elenco: Duración: |
Richard LaGravenese B. Johnson, A. Kosove, M. Smith, E. Stoff Richard LaGravenese Philippe Rousselot David Moritz Thenewno2 Alden Ehrenreich, Alice Englert, Jeremy Irons, Viola Davis, Emmy Rossum 124 minutos |
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