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J.X. Williams El "oculto" maestro del underground

¿Invento o realidad? Aunque debe ser posible verificar si existe un cineasta maldito llamado J.X. Williams (y que supuestamente sigue vivo y escondido, probablemente en Suiza), casi dan ganas de mantener la duda para no romper la magia creada por Noel Lawrence, el carismático "redescubridor" y promotor de la curiosa obra, entre mash-ups y realizaciones bien trash, de los años sesenta y setenta.(Foto: Peep Show)

Por Pamela Biénzobas

Más que un programa, es una performance. Noel Lawrence tiene cada detalle de su sketch milimetrado. Todo es tan redondo que llega a ser sospechoso. La función se llama J.X. Williams' Cabinet of Curiosities, y está inscrita dentro del Foro Experimental, que este año lleva por título "The Myth of Disappearance/The Disappearance of Myth". No es en una sala de cine normal, porque lo que importa aquí no es ver sólo la pantalla, sino también el escritorio instalado al frente, y desde el cual un carismático e histriónico tipo con una trabajadísima pinta de nerd da forma al mito de un cineasta maldito, visiblemente de culto, que lo obsesiona desde que lo "descubrió" hace algunos años.

Noel Lawrence, el "descubridor" de J.X. Williams

La función tiene lugar en una sala del Museo del Cine, ubicado en el espectacular puerto convertido en centro cultural, donde también se encuentra la sede central del Festival griego de Tesalónica. Para completar una puesta en escena de un romanticismo perfecto para el redescubrimiento de un supuesto genio olvidado, se instala al fondo un proyector de 16 mm –con su ronroneo incluido– para permitir que algunos de los pocos trabajos disponibles de J.X. Williams salgan a la luz.

Noel Lawrence cuenta cómo un día se enteró por casualidad de la existencia del realizador y su vida cambió. Hoy está a cargo del sitio The J.X. Williams Archive, y tiene a su haber la publicación (en francés) de J.X. Williams: les dossiers interdits. También es en Francia que se editó un DVD con algunos títulos de Williams, encabezados por Peep Show (1965), su obra más difundida.

No debe ser difícil verificar si el cineasta, que se habría exiliado en Europa –radicado en Suiza– para escapar a líos con la justicia y la mafia estadounidenses, es real o una gran acción de arte de Lawrence. Pero aunque la curiosidad incita a investigar y decidir si creer o no, al mismo tiempo dan ganas de disfrutar del momento, del entusiasmo que se desprende del ardor que invade a la audiencia; dejarse llevar como un niño que, sin creer realmente en el famoso conejo, igual deja su diente debajo de la almohada para vivir la magia de encontrar una moneda en la mañana, sea cual sea su origen.

Entre diaporama explicativo, narraciones biográficas y anecdóticas, e incluso la presentación de libros de explotación firmados J.X. Williams, y que se ven muy auténticos y viejos, el anteojudo curador proyecta algunos cortos y fragmentos rodados y montados (notables efectos especiales) por el invisible cineasta. Satan Claus (1975) y el fragmento de The Virgin Sacrifice (1970) juegan con una psicodelia bien trash y un erotismo al límite del soft-porn (se supone que comenzó trabajando para la mafia realizando cine porno).

McQueen vs. Eastwood / Harry el Sucio vs. Bullitt en The Showdown

Pero el plato de fondo de la noche es de otra naturaleza. En el mediometraje Peep Show y el corto The Showdown (1976), el realizador (¿Williams?) hizo lo que hoy se llama comúnmente un mashup: tomó imágenes de distintas fuentes y las montó para crear su propia historia. Así, The Showdown crea un enfrentamiento entre Clint Eastwood y Steve McQueen (o más bien Harry el sucio y Bullitt tomando prestradas escenas de ambas cintas homónimas), mientras que Peep Show (sinopsis disponibile en youtube), manipulando distintas fuentes, más algunas escenas originales, crea un falso documental sobre la mafia, el FBI, y algunas teorías paranoicas sobre personajes como Frank Sinatra o John F. Kennedy.

Entre todas las dudas que surgen, dos cosas son innegables: ya sea redescubierto o inventado por Lawrence, J.X. Williams es un mito (en alguna de las acepciones de la palabra, según sea la realidad); y, sea quien sea que firma las películas con ese nombre, Williams es hoy un cineasta de culto, que ha despertado un seguimiento en distintas partes del mundo, creando una tendencia bien apoyada por Internet. Es por eso que finalmente la verdadera obra de arte y de cine experimental no es el conjunto de películas en 16 mm –interesantes, anecdóticas y quizás admirables–, sino el gesto de Noel Lawrence. Pues, aunque el autor de las películas sí fuera un J.X. Williams muy real, su mito –que es, en el fondo, lo que los festivales presentan– está siendo creado, con sus propias manos, por el gracioso curador.

> Oz. dijo: 01 de Mayo de 2012 a las 00:30
Muy interesante post, te felicito y agradezco por compartirlo con nosotros. El blog es excelente, muy completo y ameno de leer.
Un gran saludo, Oz, desde:
http://cinemarcial.blogspot.com/
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